jueves, 19 de diciembre de 2013

Drácula




Nadie puede saber lo agradable y deseable que puede ser una mañana
para la vista y el corazón hasta haber padecido una noche de terror



La novela más recordada del irlandés Bram Stoker se ha convertido, desde su publicación en 1897, en uno de los pilares fundamentales de la literatura de terror gótico. Escrita a modo de diarios, donde convergen las impresiones de todos los que se ven afectados por la terrible presencia del ancestral vampiro, Drácula  es una rica reinterpretación de todo el folclor y literatura que ha girado en torno al fascinante no-muerto que debe saciarse con la sangre de los mortales para poder sobrevivir su malévola existencia.       
            A veces la novela puede tornarse larga en las descripciones pero ningún detalle sobra para construir la maravillosa historia que implica al mítico vampiro de Transilvania, a Mina y Jonathan Harker, al profesor Van Helsing y a los amigos que emprenden la feroz cruzada por dar muerte al espantoso conde. Salvo unos pequeños lapsos donde la necesidad erudita de Stoker le sale al revés (confundiendo vocablos de diversas lenguas, trastocando tradiciones y equivocando algunos términos) Drácula es una novela fabulosa y, a pesar de su larga extensión, y de una lectura cautivadora que dificulta el soltar el libro una vez se ha empezado.
            Para los amantes de los vampiros y del terror gótico Drácula constituye no sólo una pieza fundamental sino clave pues ha sido, en harta medida, la fuente fundamental de la que han bebido posteriores representaciones de los vampiros como son las películas de Nosferatu, los libros homoeróticos de  Anne Rice e incluso el desafortunado fenómeno de la saga de Crepúsculo. La novela de Stoker es un ícono de la cultura gótica, un blasón imprescindible para los amantes de lo oscuro y terrorífico. Drácula es el más afortunado acierto en la vasta producción que retrata la fascinante figura del vampiro. Una lectura sin duda maravillosa.  

martes, 17 de diciembre de 2013

La verdad de Agamenón




Incluso la vida más anodina del más anodino de los hombres
es de una complejidad inextricable.



Javier Cercas probablemente sea uno de los rostros más importantes de la narrativa española contemporánea. La escritura de Cercas se reconoce por un estilo y una voz inconfundibles, pero también por la naturalidad con que transita de la ficción a la no ficción y por la mezcla inextricable de géneros que conviven en ella. Así toda obra del extremeño se ve permeada de maneras de otros discursos, de forma que el rubro de los géneros entra en tensión al hablarse de la obra de este escritor. La verdad de Agamenón no es un libro en ese sentido: dividido en cuatro partes que recoge lo mejor del autor en prensa y coronado con un cuento brillante a modo de epílogo, por las páginas de este texto se observa una pluma reflexiva y atinada que se pregunta por los quehaceres de la literatura, por la relación entre esta y la vida o, mejor, de la vida con la literatura.
            Para los que están familiarizados con la narrativa de Cercas (principalmente con sus novelas más relevantes Soldados de Salamina y La velocidad de la luz) y que, como quien esto escribe, desconocen sus otras actividades escriturales, encontrarse con un libro tan bien logrado en un género distinto al que estábamos acostumbrados es una grata realización, nunca una sorpresa pues es innegable el valor como escritor de Cercas. El cuento al final del texto, que lleva como título el mismo del libro, resulta en un epílogo brillante sobre las consideraciones que se han esbozado en los artículos de prensa y que Cercas recoge para integrar a un corpus de reflexiones sobre la literatura.
            La verdad de Agamenón antes que un libro para escritores, como dice Cercas al hablar de Borges en una bella reminiscencia incluida en el texto, es un libro para lectores. Pues en últimas es lo que nos trasmite Cercas a lo largo de las páginas que sobrepasamos sin dificultad y con emoción: su experiencia leída y un esbozo autobiográfico, si es que se puede hablar de ello en la obra del español, de los textos que más lo han impactado.  

martes, 10 de diciembre de 2013

Batman: Earth One



It was just the wrong alley at the wrong time



La segunda entrega de la serie “Earth One”, publicada con dos años de diferencia tras la aparición de Superman: Earth One, es una brillante reinterpretación por parte de Geoff Johns (The Blackest Night, Flashpoint) desde una mirada del siglo XXI a toda la mitología que circunda al caballero de la noche. Las licencias dadas no afectan directamente el núcleo del conflicto que da vida al cruzado de Gótica, pero sí reinterpreta y en crasa medida a los personajes centrales del universo de Batman. Comenzando por la figura de Alfred Pennyworth, el leal mayordomo de la familia Wayne, los cambios son vastos pero se encierran en una narrativa autosuficiente que permite alterar las reglas del universo DC.
            La historia que Johns construye es impecable, las relaciones de Bruce Wayne con la familia Arkham, signada por el rubro terrible de la locura, y la nueva contextualización de personajes como James Gordon e incluso Harvey Dent resulta en un ejercicio provechoso. Todo ello sumado al virtuoso trazo de Gary Frank que lleva a sus personajes al borde de tremendas emociones sin comprometer su iconografía respectiva, termina haciendo de Batman: Earth One una provechosa novela gráfica que resulta dinámica y de pronta y apasionada lectura.
            Para quienes no están familiarizados con toda la genealogía y la historia de Batman, la novela gráfica de Johns y Frank resulta en una provechosa lectura. No hay una larga serie de referentes a trazar que sólo los fanáticos permanentes del personaje creado por Bob Kane podrían seguir. Así mismo, la correcta disposición de viñetas y la narrativa sólo construida a partir del diálogo resulta en un ejercicio de amena lectura, pues no se satura el contenido gráfico con pesadas cargas de cuadros de textos sino que se le da prevalencia a la velocidad de la imagen y del diálogo. Sin duda, una nueva confirmación de la capacidad creativa de Geoff Johns como escritor.