lunes, 12 de agosto de 2013

Push


Es el abecedario. Veintiséis letras en total.
Con ellas se hacen las palabras. Y las palabras son todo.


La novela de Sapphire, seudónimo de Ramona Lofton, cuenta la difícil historia de Clarieece Precious Jones, una monumental adolescente negra que, lidiando con el segundo embarazo producto de los repetidos abusos sexuales a la que es sometida por su padre, se enfrenta al proceso de aprender desde cero todo lo que le fue imposible entender en sus primeros años escolares. De la mano de una profesora de una escuela alternativa, Blue Rain, Precious encontrará en el lenguaje y la escritura el elemento para poder lidiar con sus dolorosas circunstancias familiares, el acoso del virus del SIDA y la maternidad.
            La novela de Sapphire es un variopinto collage de experimentaciones en torno a la actividad escritural. La fluida e incendiaria prosa de Precious se entremezclará con una serie de varios registros de distintas procedencias, todas ellas derivadas del proceso de un taller de escritura. No obstante, pese a lo atractivo de la propuesta de Push, la voz tiende a discernir en su manera de enunciarse, resultando en ocasiones en dos procesos no fácilmente conciliables o coherentes. Esta falencia logra restarle a la novela fuerza en determinados pasajes, lo cual trunca el interés por proseguir con su lectura.
            Push es un agónico testimonio de las vicisitudes que atraviesa su protagonista, un doloroso recuento de una existencia signada por lo terrible y que, a pesar de todo, reafirma el motor de vida y supervivencia universal a la especie humana. En efecto, el verbo que da título a la novela, no sólo remite al proceso de dar a luz sino el hecho mismo de seguir luchando por sobrevivir en un mundo cada vez más hostil. Una conmovedora pieza de la narrativa contemporánea que le ha merecido a su autora el reconocimiento internacional, en parte promovido por la adaptación cinematográfica protagonizada por Mo’nique en 2009. 

martes, 6 de agosto de 2013

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos



El diablo es mucho más interesante que Cristo

En esta corta entrevista, Fernanda Pivano hace posible acceder a un Bukowski más humano: una vez desestabilizada la imagen de macho agreste, de aclarar los problemas en torno a las feministas y la obra de Hank, y de reflexionar humildemente sobre el quehacer escritural, la entrevista permite dilucidar una faceta más real de uno de los escritores más icónicos del siglo pasado norteamericano. Al contrastar la construcción que se había desarrollado en torno del narrador con una especie de Bukowski real, Pivano permite conocer a un héroe que deliberadamente se baja del pedestal, que nos hace participes de su existencia suburbana y nos invita a conocer la manera cómo escribe.
            Uno de las características más interesantes es la relación que logra establecer Pivano entre Bukowski y otros escritores con los que ha sido comparado. Así, entre copas de vino, Hank cuenta cómo se siente más cercano a Hemingway que a Kerouac, cómo estableció relaciones con el hijo de Henry Miller, del que alababa su somático recuerdo del cuerpo humano pero del que detestaba sus largos pasajes filosóficos. Bukowski se sabe un lector poco iniciado, responde con ironía y autocrítica a todas estas comparaciones y traza relaciones estilísticas y temáticas con sus autores favoritos.
            El corto libro de Pivano es una invitación a revisar las quimeras que circundan la imagen de Hank. A través de preguntas precisas y de una guía acertada, Pivano logra presentarnos a un escritor más cercano a Bukowski y cada vez más lejano de Chinaski, aquel alter ego demencial que aparece en su producción prosaica y que Mickery Rourke inmortalizó en Barfly, la película con guion del propio Bukowski y dirigida por Barbet Schroeder. Lo que más me gusta es rascarme los sobacos es un libro corto, digerible y siempre signado por la precisa ironía de Bukowski, un texto que el lector disfrutará en cada respuesta fantástica del escritor que nos abandonó hace casi dos décadas y del que todavía se sigue hablando, leyendo, viviendo.