Antonio cierta vez dijo que la
belleza y la muerte guardaban
entre sí la misma relación que el agua con los
espejos
La segunda
novela de Mario Bellatin, publicada en 1992, cuenta la historia de la manera en
que Antonio, un bailarín, pintor y poeta, orquesta la escenografía para su
muerte a manos de una enfermedad que lo asedia. Para ello cita al Amante y a la
Amiga para que preparen el teatro de su muerte, la manera en que deben disponer
su cuerpo y los detalles que deberá ver la Madre cuando encuentre su cadáver. Al
mismo tiempo que se produce la muerte de Antonio, Bellatin guía la narración
hacia los eventos del pasado que configuraron la muerte del héroe de su novela,
alternando reflexiones donde colindan la vida y la muerte.
Efecto
invernadero resulta en una inquietante narración en la que ya se adivinan
las primeras características del escritor que sería considerado como una
revelación literaria un par de años después con la publicación de Salón de belleza. La novela de Bellatin
posee una poderosa atmosfera generada por la prosa depurada y concisa de su
estilo. En ella se orquestan, como un primer movimiento de una sinfonía, los
aciertos de una pluma insigne, de una poderosa narrativa que logra generar
universos concisos y autocontenidos que sólo adquieren sentido a la luz de su
propia coherencia interna.
Efecto
invernadero puede chocar con la lectura acostumbrada de un lector occidental,
pero no por ello deja de resultar fascinante el naufragar entre las calmas
mareas de su prosa. El significado del texto reside en sí mismo y resultaría un
desatino pedirle más explicaciones que las que ofrece, un lector alegórico
buscará sin provecho dilucidar algo más allá de la historia que cuenta y las
fantásticas imágenes que produce. Resulta en una novela inquietante y en una
buena primera aproximación al fenómeno de Bellatin.