lunes, 22 de julio de 2013

El nido de la serpiente


“La vida es una novela y quiero escribirla yo.
No quiero que nadie me dicte lo que debo
escribir en esas páginas.”

En esta novela el personaje principal es, como en la mayoría de la producción prosaica de Pedro Juan Gutiérrez, el mismo autor desdoblado en sus ficciones En esta ocasión el libro comienza con Pedro Juan de quince años y termina cuando recién ha cumplido los veintiuno. El nido de la serpiente  es un Bildungsroman, una novela de formación en que la fórmula parece invertida: conforma suceden las páginas del texto Pedro Juan se convierte en un ser cada más cínico, desencantado y violento. Partiendo del primer encuentro sexual con una prostituta envejecida y pintarrajeada, la novela transcurre intoxicada entre ron, música caribeña, marihuana y sexo animal.
            El lenguaje soez, descomplicado, violento y subversivo (constante en la obra de Pedro Juan Gutiérrez)  es el punto central de la maravillosa atracción que suscita la prosa del cubano, nacido en Matanzas y cuya adolescencia la vivió en el desencanto del régimen castrense. Así, la literatura se presenta como una suerte de poderoso escape de la aburrida monotonía caribeña, de las prostitutas desvencijadas y las jovencitas ilusas que creen que el fin último de su existencia radica en el casarse bien, vírgenes, para ocuparse de los cuidados del hogar. Con cinismo y desprovisto de toda tara moral El nido de la serpiente es narra el inicio de la aventura escritural de Pedro Juan Gutiérrez, imposible de desligar de su experiencia sexual.
            Escrita diez años después de su famosa Trilogía sucia de la Habana, la novela de Pedro Juan es un riquísimo tapiz de la desazón de la vida caribeña, del terrible destino de los que se quedaron en la isla gobernada por Castro, de los que no tenían por qué tratar de emigrar y de los que lo intentaron y fueron atrapados. Un texto corto, lleno de experiencias de una claridad somática alucinante donde los instintos son los principales protagonistas.

Memoria por correspondencia


Memoria por correspondencia
“Me trataba de sucia, cochina… India salvaje.
La palabra india era considerada de insulto.”
Emma
En 2012 Laguna Libros publicó las cartas que la pintora colombiana, exiliada en Paris, Emma Reyes le escribiera a su amigo Germán Arciniegas. Fue la voluntad de la artista que éstas no vieran la luz sino hasta que ella hubiera fallecido. La correspondencia cuenta la historia de la primera infancia de Emma Reyes, signada por la pobreza, el hambre, el rechazo y fealdad. La prosa poderosamente evocadora del testimonio, la pericia con la que son concatenados los eventos que le sucedieron a la artista y la memoria prodigiosa para traer al presente reflexiones infantiles le merecieron a esta novela epistolar el reconocimiento del libro del año en Colombia.
            Probablemente uno de los más importantes rasgos de Memoria por correspondencia es la completa falta de pedantería y patetismo. En efecto, en el libro la artista se esgrime como la niña que fue y no hay una prefiguración heroica en la manera en que se enuncia. Así, con perfecta naturalidad, Emma Reyes describe terribles episodios como el intento de violación de un enfermo mental en Fusagasugá, o las burlas y rechazos que recibió en el convento donde fue a parar y del que termina escapando.  
            La historia de Emma Reyes no sólo se inscribe en una de las más bellas reflexiones en torno a la niñez que se han producido por plumas colombianas, sino que es también un exquisito testimonio de los primeros años del siglo XX en Colombia. Sin diatribas ni arrepentimientos, la prosa de la artista colombiana es precisa y pulcra. La facilidad del lenguaje convierte a Memorias por correspondencia en un libro de fácil lectura, accesible a todas las sensibilidades estéticas y ampliamente aprovechable desde cualquier formación. Un exquisito testimonio de las letras colombianas del siglo XX que, afortunadamente, ha sido rescatado.