martes, 28 de mayo de 2013

Cartas en el asunto



“De esta forma, nos guste o no, todos
-ases o comodines- estamos involucrados
en esta gran partida de sotas, caballos y reyes,
que es la vida.”

En las primeras líneas del prólogo a esta colección de cuentos, el autor RH Moreno-Duran, invita al lector a considerar cuántas acepciones tiene la palabra carta en el uso castellano. Con esta primera reflexión se ofrece un cuerpo de seis relatos que se construyen a partir y a través de la polisémica significación de la carta. La epístola, el as esperado en una partida de póker, el oscuro arcano del Tarot que signa el terrible destino de los hombres o la inevitable verdad tatuada en el cosmos en el momento de nuestro nacimiento, son el armatoste desde donde se erigen estos cuentos, barajados todos en torno al cuerpo de la mujer, la constante de las narraciones de Moreno-Duran.
            Quizás uno de los aspectos más interesantes de Cartas en el asunto es ver cómo las diferentes historias que lo componen están entremezcladas, de forma que hay guiños y referencias entre ellas, como si todo fuese un solo texto. Así mismo, el único momento en que aparecen los títulos de los cuentos es en el índice, nunca dentro del cuerpo del libro. Esto permite el libro como un solo universo, del que cada uno de estos seis cuentos es sólo un naipe de la baraja. Como recuerda Moreno-Duran en su prólogo baraje y corte por donde quiera y encontrará al final  lo mismo.
            Cartas en el asunto es un fiel exponente de la maestría escritural de una de las más insignes plumas de la narrativa colombiana del XX, quien abandonó las letras nacionales en el 2005, desafortunadamente muy pronto. Sólo en Moreno-Duran el lenguaje se transforma en jolgorio, orgía, carnaval a la vez que alterna con las más sardónicas descripciones de la melancolía humana, siempre signada por la presencia libidinosa del cuerpo de la mujer que en Cartas en el asunto es también el cuerpo del texto.    

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