jueves, 19 de diciembre de 2013

Drácula




Nadie puede saber lo agradable y deseable que puede ser una mañana
para la vista y el corazón hasta haber padecido una noche de terror



La novela más recordada del irlandés Bram Stoker se ha convertido, desde su publicación en 1897, en uno de los pilares fundamentales de la literatura de terror gótico. Escrita a modo de diarios, donde convergen las impresiones de todos los que se ven afectados por la terrible presencia del ancestral vampiro, Drácula  es una rica reinterpretación de todo el folclor y literatura que ha girado en torno al fascinante no-muerto que debe saciarse con la sangre de los mortales para poder sobrevivir su malévola existencia.       
            A veces la novela puede tornarse larga en las descripciones pero ningún detalle sobra para construir la maravillosa historia que implica al mítico vampiro de Transilvania, a Mina y Jonathan Harker, al profesor Van Helsing y a los amigos que emprenden la feroz cruzada por dar muerte al espantoso conde. Salvo unos pequeños lapsos donde la necesidad erudita de Stoker le sale al revés (confundiendo vocablos de diversas lenguas, trastocando tradiciones y equivocando algunos términos) Drácula es una novela fabulosa y, a pesar de su larga extensión, y de una lectura cautivadora que dificulta el soltar el libro una vez se ha empezado.
            Para los amantes de los vampiros y del terror gótico Drácula constituye no sólo una pieza fundamental sino clave pues ha sido, en harta medida, la fuente fundamental de la que han bebido posteriores representaciones de los vampiros como son las películas de Nosferatu, los libros homoeróticos de  Anne Rice e incluso el desafortunado fenómeno de la saga de Crepúsculo. La novela de Stoker es un ícono de la cultura gótica, un blasón imprescindible para los amantes de lo oscuro y terrorífico. Drácula es el más afortunado acierto en la vasta producción que retrata la fascinante figura del vampiro. Una lectura sin duda maravillosa.  

martes, 17 de diciembre de 2013

La verdad de Agamenón




Incluso la vida más anodina del más anodino de los hombres
es de una complejidad inextricable.



Javier Cercas probablemente sea uno de los rostros más importantes de la narrativa española contemporánea. La escritura de Cercas se reconoce por un estilo y una voz inconfundibles, pero también por la naturalidad con que transita de la ficción a la no ficción y por la mezcla inextricable de géneros que conviven en ella. Así toda obra del extremeño se ve permeada de maneras de otros discursos, de forma que el rubro de los géneros entra en tensión al hablarse de la obra de este escritor. La verdad de Agamenón no es un libro en ese sentido: dividido en cuatro partes que recoge lo mejor del autor en prensa y coronado con un cuento brillante a modo de epílogo, por las páginas de este texto se observa una pluma reflexiva y atinada que se pregunta por los quehaceres de la literatura, por la relación entre esta y la vida o, mejor, de la vida con la literatura.
            Para los que están familiarizados con la narrativa de Cercas (principalmente con sus novelas más relevantes Soldados de Salamina y La velocidad de la luz) y que, como quien esto escribe, desconocen sus otras actividades escriturales, encontrarse con un libro tan bien logrado en un género distinto al que estábamos acostumbrados es una grata realización, nunca una sorpresa pues es innegable el valor como escritor de Cercas. El cuento al final del texto, que lleva como título el mismo del libro, resulta en un epílogo brillante sobre las consideraciones que se han esbozado en los artículos de prensa y que Cercas recoge para integrar a un corpus de reflexiones sobre la literatura.
            La verdad de Agamenón antes que un libro para escritores, como dice Cercas al hablar de Borges en una bella reminiscencia incluida en el texto, es un libro para lectores. Pues en últimas es lo que nos trasmite Cercas a lo largo de las páginas que sobrepasamos sin dificultad y con emoción: su experiencia leída y un esbozo autobiográfico, si es que se puede hablar de ello en la obra del español, de los textos que más lo han impactado.  

martes, 10 de diciembre de 2013

Batman: Earth One



It was just the wrong alley at the wrong time



La segunda entrega de la serie “Earth One”, publicada con dos años de diferencia tras la aparición de Superman: Earth One, es una brillante reinterpretación por parte de Geoff Johns (The Blackest Night, Flashpoint) desde una mirada del siglo XXI a toda la mitología que circunda al caballero de la noche. Las licencias dadas no afectan directamente el núcleo del conflicto que da vida al cruzado de Gótica, pero sí reinterpreta y en crasa medida a los personajes centrales del universo de Batman. Comenzando por la figura de Alfred Pennyworth, el leal mayordomo de la familia Wayne, los cambios son vastos pero se encierran en una narrativa autosuficiente que permite alterar las reglas del universo DC.
            La historia que Johns construye es impecable, las relaciones de Bruce Wayne con la familia Arkham, signada por el rubro terrible de la locura, y la nueva contextualización de personajes como James Gordon e incluso Harvey Dent resulta en un ejercicio provechoso. Todo ello sumado al virtuoso trazo de Gary Frank que lleva a sus personajes al borde de tremendas emociones sin comprometer su iconografía respectiva, termina haciendo de Batman: Earth One una provechosa novela gráfica que resulta dinámica y de pronta y apasionada lectura.
            Para quienes no están familiarizados con toda la genealogía y la historia de Batman, la novela gráfica de Johns y Frank resulta en una provechosa lectura. No hay una larga serie de referentes a trazar que sólo los fanáticos permanentes del personaje creado por Bob Kane podrían seguir. Así mismo, la correcta disposición de viñetas y la narrativa sólo construida a partir del diálogo resulta en un ejercicio de amena lectura, pues no se satura el contenido gráfico con pesadas cargas de cuadros de textos sino que se le da prevalencia a la velocidad de la imagen y del diálogo. Sin duda, una nueva confirmación de la capacidad creativa de Geoff Johns como escritor.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Efecto Invernadero


Antonio cierta vez dijo que la belleza y la muerte guardaban
 entre sí la misma relación que el agua con los espejos

La segunda novela de Mario Bellatin, publicada en 1992, cuenta la historia de la manera en que Antonio, un bailarín, pintor y poeta, orquesta la escenografía para su muerte a manos de una enfermedad que lo asedia. Para ello cita al Amante y a la Amiga para que preparen el teatro de su muerte, la manera en que deben disponer su cuerpo y los detalles que deberá ver la Madre cuando encuentre su cadáver. Al mismo tiempo que se produce la muerte de Antonio, Bellatin guía la narración hacia los eventos del pasado que configuraron la muerte del héroe de su novela, alternando reflexiones donde colindan la vida y la muerte.
            Efecto invernadero resulta en una inquietante narración en la que ya se adivinan las primeras características del escritor que sería considerado como una revelación literaria un par de años después con la publicación de Salón de belleza. La novela de Bellatin posee una poderosa atmosfera generada por la prosa depurada y concisa de su estilo. En ella se orquestan, como un primer movimiento de una sinfonía, los aciertos de una pluma insigne, de una poderosa narrativa que logra generar universos concisos y autocontenidos que sólo adquieren sentido a la luz de su propia coherencia interna.
            Efecto invernadero puede chocar con la lectura acostumbrada de un lector occidental, pero no por ello deja de resultar fascinante el naufragar entre las calmas mareas de su prosa. El significado del texto reside en sí mismo y resultaría un desatino pedirle más explicaciones que las que ofrece, un lector alegórico buscará sin provecho dilucidar algo más allá de la historia que cuenta y las fantásticas imágenes que produce. Resulta en una novela inquietante y en una buena primera aproximación al fenómeno de Bellatin. 

lunes, 12 de agosto de 2013

Push


Es el abecedario. Veintiséis letras en total.
Con ellas se hacen las palabras. Y las palabras son todo.


La novela de Sapphire, seudónimo de Ramona Lofton, cuenta la difícil historia de Clarieece Precious Jones, una monumental adolescente negra que, lidiando con el segundo embarazo producto de los repetidos abusos sexuales a la que es sometida por su padre, se enfrenta al proceso de aprender desde cero todo lo que le fue imposible entender en sus primeros años escolares. De la mano de una profesora de una escuela alternativa, Blue Rain, Precious encontrará en el lenguaje y la escritura el elemento para poder lidiar con sus dolorosas circunstancias familiares, el acoso del virus del SIDA y la maternidad.
            La novela de Sapphire es un variopinto collage de experimentaciones en torno a la actividad escritural. La fluida e incendiaria prosa de Precious se entremezclará con una serie de varios registros de distintas procedencias, todas ellas derivadas del proceso de un taller de escritura. No obstante, pese a lo atractivo de la propuesta de Push, la voz tiende a discernir en su manera de enunciarse, resultando en ocasiones en dos procesos no fácilmente conciliables o coherentes. Esta falencia logra restarle a la novela fuerza en determinados pasajes, lo cual trunca el interés por proseguir con su lectura.
            Push es un agónico testimonio de las vicisitudes que atraviesa su protagonista, un doloroso recuento de una existencia signada por lo terrible y que, a pesar de todo, reafirma el motor de vida y supervivencia universal a la especie humana. En efecto, el verbo que da título a la novela, no sólo remite al proceso de dar a luz sino el hecho mismo de seguir luchando por sobrevivir en un mundo cada vez más hostil. Una conmovedora pieza de la narrativa contemporánea que le ha merecido a su autora el reconocimiento internacional, en parte promovido por la adaptación cinematográfica protagonizada por Mo’nique en 2009. 

martes, 6 de agosto de 2013

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos



El diablo es mucho más interesante que Cristo

En esta corta entrevista, Fernanda Pivano hace posible acceder a un Bukowski más humano: una vez desestabilizada la imagen de macho agreste, de aclarar los problemas en torno a las feministas y la obra de Hank, y de reflexionar humildemente sobre el quehacer escritural, la entrevista permite dilucidar una faceta más real de uno de los escritores más icónicos del siglo pasado norteamericano. Al contrastar la construcción que se había desarrollado en torno del narrador con una especie de Bukowski real, Pivano permite conocer a un héroe que deliberadamente se baja del pedestal, que nos hace participes de su existencia suburbana y nos invita a conocer la manera cómo escribe.
            Uno de las características más interesantes es la relación que logra establecer Pivano entre Bukowski y otros escritores con los que ha sido comparado. Así, entre copas de vino, Hank cuenta cómo se siente más cercano a Hemingway que a Kerouac, cómo estableció relaciones con el hijo de Henry Miller, del que alababa su somático recuerdo del cuerpo humano pero del que detestaba sus largos pasajes filosóficos. Bukowski se sabe un lector poco iniciado, responde con ironía y autocrítica a todas estas comparaciones y traza relaciones estilísticas y temáticas con sus autores favoritos.
            El corto libro de Pivano es una invitación a revisar las quimeras que circundan la imagen de Hank. A través de preguntas precisas y de una guía acertada, Pivano logra presentarnos a un escritor más cercano a Bukowski y cada vez más lejano de Chinaski, aquel alter ego demencial que aparece en su producción prosaica y que Mickery Rourke inmortalizó en Barfly, la película con guion del propio Bukowski y dirigida por Barbet Schroeder. Lo que más me gusta es rascarme los sobacos es un libro corto, digerible y siempre signado por la precisa ironía de Bukowski, un texto que el lector disfrutará en cada respuesta fantástica del escritor que nos abandonó hace casi dos décadas y del que todavía se sigue hablando, leyendo, viviendo.  

lunes, 22 de julio de 2013

El nido de la serpiente


“La vida es una novela y quiero escribirla yo.
No quiero que nadie me dicte lo que debo
escribir en esas páginas.”

En esta novela el personaje principal es, como en la mayoría de la producción prosaica de Pedro Juan Gutiérrez, el mismo autor desdoblado en sus ficciones En esta ocasión el libro comienza con Pedro Juan de quince años y termina cuando recién ha cumplido los veintiuno. El nido de la serpiente  es un Bildungsroman, una novela de formación en que la fórmula parece invertida: conforma suceden las páginas del texto Pedro Juan se convierte en un ser cada más cínico, desencantado y violento. Partiendo del primer encuentro sexual con una prostituta envejecida y pintarrajeada, la novela transcurre intoxicada entre ron, música caribeña, marihuana y sexo animal.
            El lenguaje soez, descomplicado, violento y subversivo (constante en la obra de Pedro Juan Gutiérrez)  es el punto central de la maravillosa atracción que suscita la prosa del cubano, nacido en Matanzas y cuya adolescencia la vivió en el desencanto del régimen castrense. Así, la literatura se presenta como una suerte de poderoso escape de la aburrida monotonía caribeña, de las prostitutas desvencijadas y las jovencitas ilusas que creen que el fin último de su existencia radica en el casarse bien, vírgenes, para ocuparse de los cuidados del hogar. Con cinismo y desprovisto de toda tara moral El nido de la serpiente es narra el inicio de la aventura escritural de Pedro Juan Gutiérrez, imposible de desligar de su experiencia sexual.
            Escrita diez años después de su famosa Trilogía sucia de la Habana, la novela de Pedro Juan es un riquísimo tapiz de la desazón de la vida caribeña, del terrible destino de los que se quedaron en la isla gobernada por Castro, de los que no tenían por qué tratar de emigrar y de los que lo intentaron y fueron atrapados. Un texto corto, lleno de experiencias de una claridad somática alucinante donde los instintos son los principales protagonistas.

Memoria por correspondencia


Memoria por correspondencia
“Me trataba de sucia, cochina… India salvaje.
La palabra india era considerada de insulto.”
Emma
En 2012 Laguna Libros publicó las cartas que la pintora colombiana, exiliada en Paris, Emma Reyes le escribiera a su amigo Germán Arciniegas. Fue la voluntad de la artista que éstas no vieran la luz sino hasta que ella hubiera fallecido. La correspondencia cuenta la historia de la primera infancia de Emma Reyes, signada por la pobreza, el hambre, el rechazo y fealdad. La prosa poderosamente evocadora del testimonio, la pericia con la que son concatenados los eventos que le sucedieron a la artista y la memoria prodigiosa para traer al presente reflexiones infantiles le merecieron a esta novela epistolar el reconocimiento del libro del año en Colombia.
            Probablemente uno de los más importantes rasgos de Memoria por correspondencia es la completa falta de pedantería y patetismo. En efecto, en el libro la artista se esgrime como la niña que fue y no hay una prefiguración heroica en la manera en que se enuncia. Así, con perfecta naturalidad, Emma Reyes describe terribles episodios como el intento de violación de un enfermo mental en Fusagasugá, o las burlas y rechazos que recibió en el convento donde fue a parar y del que termina escapando.  
            La historia de Emma Reyes no sólo se inscribe en una de las más bellas reflexiones en torno a la niñez que se han producido por plumas colombianas, sino que es también un exquisito testimonio de los primeros años del siglo XX en Colombia. Sin diatribas ni arrepentimientos, la prosa de la artista colombiana es precisa y pulcra. La facilidad del lenguaje convierte a Memorias por correspondencia en un libro de fácil lectura, accesible a todas las sensibilidades estéticas y ampliamente aprovechable desde cualquier formación. Un exquisito testimonio de las letras colombianas del siglo XX que, afortunadamente, ha sido rescatado. 

miércoles, 26 de junio de 2013

Ella cantaba boleros


"el sexo es un ejercicio mental que se ejecuta con el cuerpo"
CAIN
Este volumen, publicado en 1996, Guillermo Cabrera Infante compila dos cuentos que ya habían aparecido en Tres tristes tigres (1964) y La Habana para un infante difunto (1979), a saber “La amazona” y “Ella cantaba boleros”. Si bien ambas narraciones responden a estilos distintos es fácil rastrear temáticas recurrentes en el escritor que, a veces, asumía el seudónimo de CAIN. Así, el cuerpo femenino, la vida nocturna de la Habana, la música popular y los complicados juegos con el lenguaje, producto de una prosa exquisita y de las relaciones que denotan un gran conocimiento de la literatura universal, aparecen en el libro.
            Quizás uno de los criterios que permita empatar ambas narraciones sea la mirada a través de la cámara. En “La amazona” el narrador es un crítico de cine que trabaja para la revista Carteles (Cabrera Infante desdoblado en sí mismo a través de la escritura) y la idealización del cuerpo de Violeta del Valle, una actriz cubana que trabaja en Venezuela, se resuelve desde una sucesión de imágenes que imprimen un carácter cinematográfico a la narración. En el cuento que da nombre al libro, el narrador es un fotógrafo de la vida nocturna cubana que queda fascinado por la inmensa aparición de una cantante de voz preciosa y figura irrisoria: Estrella; en este caso las imágenes responden al afán de capturar un instante en un cuadro eterno, propio de la mirada fotográfica.
            Guillermo Cabrera Infante despliega en este libro su ingenio como prosista en dos narraciones espectaculares donde el cuerpo de la mujer y el lenguaje son los protagonistas, y el narrador es una ficción accesoria que permite nombrarlos. El estilo se debate entre el cultismo del primer relato y un argot más centralizado en el habla cubana en el segundo, no obstante ambos resultan maravillosos y un delicioso placer de lectura.   

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde



“El movimiento estaba, por tanto, totalmente orientado hacia lo peor”

-Henry Jekyll

Publicada en 1886, la novela corta de Robert Louis Stevenson trata de las dicotomías del carácter humano, ejemplificadas en la figura de un ser compuesto enteramente de maldad y exento de toda traba moral. En ella el abogado Utterson se interesa por la extraña aparición de un personaje que recorre las calles londinenses, cobijado por la penumbra, y que, como un crápula, se regodea en cada uno de sus crímenes. La aparición de esta criatura, en el sentido deshumanizado de la palabra, lo llevará a uno de sus más antiguos amigos, el doctor Jekyll, sin sospechar qué tan profundamente están ligados ambos seres.
            Escrito con una celeridad impresionante, la novela de Stevenson es una pieza magistral del drama psicológico, una exquisita historia donde convergen el suspense y el terror gótico y cuya trama le sobrevino al tuberculoso escritor en un sueño. A pesar de la amplia distribución de esta historia y sus sucedáneas adaptaciones a la pantalla grande, la novela de Stevenson es aún hoy un caso excepcional y maravilloso, imposible de leer despacio pues el lector se verá conducido por el manejo estilístico del escritor al vertiginoso final que esconden las últimas líneas del texto. A caballo entre la anticipación a la teoría freudiana y la novela de detectives El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde  resulta en una fastuosa narración de los dramas internos que acaecen en la psiquis humana, que se debate entre la moralidad y el instinto.
            La novela de Stevenson  es quizás una de las piezas decimonónicas de más rica entretención. Alejada del naturalismo indaga, sin saberlo, en las más profundas disquisiciones de la mente humana, creando una hibridación en el género narrativo que no es ni terror ni drama psicológico sino un género nuevo, inclasificable. Un must read para los amantes de la literatura de suspense, un clásico que casi culmina la literatura gótica.

jueves, 30 de mayo de 2013

1984


“Bien podía ocurrir que todos los libros de historia
fueran una pura fantasía.”

Publicada en 1949, la última novela de George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair, aún hoy da de que hablar. En efecto, la estética gris y decadente de la sociedad retratada bajo el yugo del Ingsoc, las consideraciones en torno a la ubicuidad de  la figura del Gran Hermano, el terror psicológico y la dominación intelectual y discursiva que la novela retrata aún son tema de debate y de larga difusión a lo largo de la producción cultural contemporánea.
            Las vicisitudes que atraviesa Winston Smith, un miembro menor de la compleja estructura de poderes retratada en 1984, y las reflexiones en torno a la libertad y la esencia humana que se despiertan en su diezmada mente por la ginebra y el trabajo exhaustivo, son uno de los aspectos más importantes de la novela de Orwell. En un lugar donde el control sobre el individuo es casi  absoluto y el poseer y registrar los pensamientos en un diario es considerado un crimen ideológico, las consideraciones en torno al poder estatal, la libertad del individuo, el derecho al amor y la compasión son factores a considerar.
            1984 es el testimonio final de un narrador joven, acabado en un lecho por una terrible tuberculosis, y que registró mucho tiempo antes e inspirado por la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, fenómenos aún hoy vigentes y sobre los que valdría la pena volver el punto de consideración. 1984 es una excelente novela, llena de angustiosas descripciones sobre la privación de la libertad, el carácter humano y el terror que lo homogeniza. Una asombrosa narración que no podría ubicarse en el terreno de la ciencia ficción aunque su influencia en este género es evidente, tanto así que se ha convertido en un bastión sobre el que se apoya gran parte de la producción de ficción científica sucedánea.  

Seize the Day



“You can spend the entire second half of your life
recovering from the mistakes of the first half.” 

Escrita en 1956, la cuarta novela de Saul Bellow, premio Nobel de literatura en 1976, es un apabullante relato sobre el día de un actor fracasado en Nueva York. La novela tiene como protagonista central a Wilhelm Adler, un hombre grande y de carácter débil que una vez de se dejó seducir por sueños de fama, confort y dinero que nunca llegaron. A sus cuarenta años se encuentra atrapado entre las deudas, una esposa que se niega a darle el divorcio y le aísla cada vez más de sus hijos y una difícil relación con su padre quien se niega a aceptar los fracasos de Adler. Seducido por las palabras de un extraño psicólogo, Adler invertirá lo que le queda de dinero en una apuesta suicida en la bolsa de valores.
            La novela ofrece hondas reflexiones en torno al problema del sujeto moderno. En efecto los años cincuenta norteamericanos fueron el momento que vio nacer la clase media estadounidense, una clase agobiada por la monotonía, por el deber ser y completamente enajenada por los modelos de producción que se sucedieron tras la Segunda Guerra Mundial. Así, la desesperación en torno a la cotización de productos en la bolsa de valores, el afán del hombre contemporáneo y el atropellador ritmo de la vida en metrópoli quedan ejemplificadas en la corta novela de Bellow, a la vez que, auxiliado por el psicoanálisis y la filosofía, reflexiona sobre el papel del hombre en tales circunstancias.
            Seize the Day es una corta ficción de excelente orquestación. En veinticuatro horas el lector presencia la caída de Adler y todas las dudas que se suscitan de sus acciones pasadas y las malas decisiones que tomó en el pasado. Una ejemplar muestra de uno de los escritores más interesantes del siglo XX norteamericano, precursor de plumas de amplia divulgación contemporánea como la de Philip Roth, compañero y protegido del fallecido Nobel 

martes, 28 de mayo de 2013

Cartas en el asunto



“De esta forma, nos guste o no, todos
-ases o comodines- estamos involucrados
en esta gran partida de sotas, caballos y reyes,
que es la vida.”

En las primeras líneas del prólogo a esta colección de cuentos, el autor RH Moreno-Duran, invita al lector a considerar cuántas acepciones tiene la palabra carta en el uso castellano. Con esta primera reflexión se ofrece un cuerpo de seis relatos que se construyen a partir y a través de la polisémica significación de la carta. La epístola, el as esperado en una partida de póker, el oscuro arcano del Tarot que signa el terrible destino de los hombres o la inevitable verdad tatuada en el cosmos en el momento de nuestro nacimiento, son el armatoste desde donde se erigen estos cuentos, barajados todos en torno al cuerpo de la mujer, la constante de las narraciones de Moreno-Duran.
            Quizás uno de los aspectos más interesantes de Cartas en el asunto es ver cómo las diferentes historias que lo componen están entremezcladas, de forma que hay guiños y referencias entre ellas, como si todo fuese un solo texto. Así mismo, el único momento en que aparecen los títulos de los cuentos es en el índice, nunca dentro del cuerpo del libro. Esto permite el libro como un solo universo, del que cada uno de estos seis cuentos es sólo un naipe de la baraja. Como recuerda Moreno-Duran en su prólogo baraje y corte por donde quiera y encontrará al final  lo mismo.
            Cartas en el asunto es un fiel exponente de la maestría escritural de una de las más insignes plumas de la narrativa colombiana del XX, quien abandonó las letras nacionales en el 2005, desafortunadamente muy pronto. Sólo en Moreno-Duran el lenguaje se transforma en jolgorio, orgía, carnaval a la vez que alterna con las más sardónicas descripciones de la melancolía humana, siempre signada por la presencia libidinosa del cuerpo de la mujer que en Cartas en el asunto es también el cuerpo del texto.    

miércoles, 8 de mayo de 2013

Opio


“El opio permite saborear placeres sensuales
intensos y con frecuencia prohibidos”

Maxence Fermine es una de las jóvenes promesas de la literatura contemporánea. En Opio se da cuenta de las aventuras de Charles Stowe, un inglés aficionado al té que decide internarse en una travesía peligrosa por la China decimonónica en su afán por conocer los secretos de la aromática planta. Stowe se verá envuelto en una serie de percances relacionados con el tráfico del opio, droga que los ingleses habían protegido para lograr sus fines colonialistas y que había enfermado a la sociedad por sus efectos adictivos.
            La prosa de Fermine es pulcra, cuidadosa y, a veces, raya en lo aburrido. La novela toma mucho tiempo en desarrollar y plantear la atmosfera y el problema a trabajar. Esta larga anticipación resulta en un ejercicio logrado a medias pues, tras desenvolverse los eventos que conciernen a Stowe, la lectura resulta en una suerte de estafa. Fermine ha sido comparado Antoine de Saint-Exupéry, famoso autor de El Principito,  pero en realidad dista mucho de superar la riqueza poética detrás de lo aparentemente anecdótico. Así, Opio  resulta en un denso decálogo de aventuras que no ofrece mucho más ante los ojos de un lector medianamente versado.
            Opio quizás y no sea la obra más interesante de Maxence Fermine y a lo mejor no resulte concluyente juzgar a este autor con tan sólo esta lectura. En la novela se atisban elementos narrativos de una pluma capaz y precisa, mas al momento de desarrollarlos se queda en una historia intrépida y superficial. En efecto todos los elementos están dispuestos: el peligro, la seducción, el afán de sortear los obstáculos y conocer los secretos místicos detrás del té. Tristemente Fermine no logra desarrollarlos con eficacia y la novela corta resulta en una lectura ociosa, intrascendente y fácilmente olvidable o simplemente prescindible.

El pintor debajo del lavaplatos



“Las rayas de los dibujos son los
límites que creemos que las cosas tienen”


La novela de Afonso Cruz cuenta la historia de un pintor. Más allá de la anécdota de que éste durante un tiempo se escondió bajo el lavaplatos de una familia portuguesa, en su afán de salvar su vida de la amenaza nazi, el libro se centra en el complejo carácter del artista, en cómo se desprende de todo para poder dibujar, de cómo al hacerlo va perdiendo su vista, en una bella metáfora sobre la luz y la oscuridad, entre los ojos encendidos y los ojos apagados.
            Afonso Cruz reúne en este libro una serie de reflexiones en torno a la naturaleza humana y del arte en un rico tejido poético de una exquisita belleza. En torno a la vida de Sors, el pintor que vivió debajo de un lavaplatos, el libro se ve nutrido de un sutil magnetismo que inhibe el soltarlo, pues una vez se empieza a leer es difícil parar. Así mismo los capítulos resultan concisos y llenos de una riqueza discursiva impecable. El pintor debajo del lavaplatos se convierte en un texto fantástico donde la vida y la luz son indivisibles, donde la amenaza de verse inmerso en un oficio afecta el comportarse realmente como un ser humano.
            Esta novela fue una de las más vendidas en la pasada edición de la Feria del Libro de Bogotá, donde Portugal fue el país invitado de honor. Sin duda el carácter carismático del autor colaboró con las ventas pero, más allá de ser un mero fenómeno editorial, la novela de Afonso Cruz es una excelente primera aproximación a la literatura portuguesa contemporánea, una elegante invitación a sumergirse en los misteriosos ámbitos literarios de un país enamorado del mar, la melancolía y la aventura. El pintor debajo del lavaplatos es una novela aprehensible y supone una rica experiencia de enriquecimiento personal para cualquier persona.

lunes, 29 de abril de 2013

Hombre lento



“Al menos las muletas son honestas”

Esta fue la primera novela publicada, en el 2005, desde que el autor sudafricano J. M. Coetzee ganara el Premio Nobel de literatura dos años antes. En ella se narran las vicisitudes que Paul Rayment, un fotógrafo retirado, debe afrontar al perder su pierna tras haber sido chocado por un joven irresponsable cuando daba un paseo en bicicleta. Rayment se encontrará entonces en la dificultad de adaptarse a la vida de un lisiado, renunciando al uso de una prótesis por considerarlo indigno y aprendiendo a vivir en su vejez con un par de muletas como un sustituto de su pierna amputada. En su convalecencia se enamorará de su enfermera, una inmigrante croata que decidió viajar a Australia con toda su familia en aras de buscar un futuro más amable.
            La novela de Coetzee es rica en detalladas descripciones psicológicas del convaleciente Rayment, ahondando en problemas en torno al amor, al cuidado de los otros, al altruismo y a la incapacidad física. En ella reaparece Elizabeth Costello, la escritora australiana de la novela homónima anterior a la publicación de Hombre lento, quien exhortará a Rayment a que asuma un rol activo de su vida, haciéndose responsable de sus decisiones y la vida que le tocó vivir tras el accidente. No obstante, lejos de ser un personaje desinteresado, Costello introduce una tensión en el desarrollo de la trama que desubicará a sus protagonistas.
            La novela de Coetzee se demora en empezar. Mas en honor a la verdad ese lento lapso en que se construye la atmosfera y la trama es digno de ser soportado. En efecto, una vez sentadas las bases de la novela, Hombre lento se desarrolla con presteza y pericia narrativa, reafirmando la destreza de Coetzee en cada párrafo y reivindicando el papel de uno de los más importantes Nobel de la literatura.

Lo que no tiene nombre


“Mi primera reacción después de la muerte de
Daniel ha sido tratar de comprender”



El último libro de Piedad Bonnett narra la historia verídica del suicidio de su hijo, partiendo del momento en que los sobrevivientes a la tragedia empacan los enseres del muerto en su apartamento en New York, para luego reconstruir la historia de la aparición y desarrollo de la esquizofrenia del joven que terminaría por llevarlo a tomar la decisión de acabar con su vida. Si bien la autora cataloga su libro como una obra de no ficción, resulta evidente que al enfrentarse con el libro el lector se encuentra con una riquísima obra de literatura.
            Quizás el rasgo más importante de la novela de Bonnett es que no se permite espacio para el melodrama y la exageración sensible. No es, en ningún caso, un frío cuadro de cirujano, ni mucho menos,  pero sí logra evitar los lugares comunes del duelo, el dolor, la miseria y la melancolía. Hay una consciencia narrativa clara y una necesidad poética que guían la narración sin rayar en lo cursi y por eso mismo logra conmover y mover cada una de las fibras del lector.
            Lo que no tiene nombre es una riquísima antología de hermosas reflexiones en torno al suicidio. La preocupación radica en el espacio vacío del cuerpo ausente, la fragancia propia del hijo en cada una de sus prendas una vez desaparecida su presencia de la tierra, en cada una de las huellas que evidencian su paso por este mundo. Bonnett ha escrito una excelente pieza de no ficción motivada por el afán de que el libro sirviera con un vehículo a su catarsis. No obstante, Lo que no tiene nombre funciona aún si fuese ficción, así el hijo de la poeta no hubiera acabado con su vida. Tal es el acierto de la pluma de Piedad Bonnett.
           
            

martes, 16 de abril de 2013

Un mundo feliz



“El hecho de ser madre era algo peor
que un chiste: una obscenidad”


La única novela de ciencia ficción que publicó en vida Aldous Huxley es una fuerte sátira al híper desarrollo tecnológico que pone en peligro los valores humanos. Publicada en 1932 Un mundo feliz cuenta la historia de un futuro donde los humanos son fabricados y catalogados según la programación y manipulación del ADN, un mundo donde los seres humanos gozan en teoría de un armonioso estatus social preasignado y donde todo el pensamiento literario, filosófico y teológico ha sido erradicado, así como todo concepto de familia que, a la luz de los habitantes que construye la narración de Huxley, resulta en un tabú. No obstante, la aparición de un ser humano nacido y criado por uno de estos seres esterilizados y fabricado que habita una reserva de humanos sin civilizar, pondrá en tensión todo este esquema tan aparentemente equilibrado.
            Uno de los elementos más interesante de la novela es su relación con el contexto histórico en que fue creada. Si bien es cierto que debemos dejar atrás todo análisis de marco biográfico, las alusiones a Freud, Marx, Bonaparte, Engels, Lenin, Mussolini, Bakunin y Darwin, entre muchos otros es evidente. Quizás el único fallo de la novela es el carácter tan marcadamente romántico del “salvaje”, el ser que pone en tensión todo el modelo, pues su educación humanística no es del todo verosímil con el discurso que maneja.
            No obstante este error, la novela de Huxley no deja de ser una muy interesante de ciencia ficción, así como de la literatura del siglo XX. La tensión entre la utopía y la distopía nos obliga como lectores a pensar en torno a los problemas y características que componen el pensamiento humano, la vida en comunidad, el imperio de la maquinaria, entre muchos otros temas, que ya eran problemáticos al principio del XX y que ahora con las nuevas tecnologías no dejan de ser relevantes.

martes, 9 de abril de 2013

Lo bello y lo triste


“Nunca se le había ocurrido que los
recuerdos son sólo fantasmas y apariciones.”


La última novela de Yasuri Kawabata, premio Nobel de Literatura en 1968, gira en torno al problema del amor, los celos y el recuerdo. La historia se centra en la relación de Oki Toshio, un escritor entrando en la vejez, y Ueno Otoko, una pintora con la que mantuvo una aventura extramatrimonial y con la que perdió un bebé en un hospital de tercera categoría. Años después Oki se acordará de su antigua amante y la buscará en la ciudad en la que ahora reside, desconociendo la amenazante presencia de su aprendiz y amante Keiko quien decide vengarse del escritor por el daño que le hizo a su maestra.
            Uno de los aspectos más interesantes de la novela radica en la relación que existe entre la creación artística o literaria siempre mediada por la propia subjetividad del que la produce. En efecto, todos los procesos de creación están siempre ligados por la propia subjetividad del artista o el escritor, por los intersticios de su obra, que la novela nos hace evidentes, podemos discernir la soledad, la tristeza y melancolía de sus creadores. En esa medida la novela más emblemática de Oki parte de su relación con Oko y, a su vez, la preocupación de la artista está enmarcada en hacer un homenaje a la criatura que salió de sus entrañas y murió, a la que nunca pudo abrazar.
            La novela de Kawabata es un rico paisaje que da cuenta de la soledad y la tristeza humana en busca de encontrar o reencontrar el amor. Un vívido recorrido por la psicología de los dolores humanos lleno de bellas disquisiciones sobre la belleza y la futilidad de ésta hacen de Lo bello y lo triste una rica obra escrita, donde rebosan reflexiones importantes sobre el género humano. 

jueves, 21 de febrero de 2013

Kitchen


“Los recuerdos verdaderamente entrañables viven y brillan.
Con el paso del tiempo reviven con angustia.”
Mikage


Mahoko Yoshimoto (mejor conocida por su seudónimo Banana Yoshimoto) escribió esta novela cuando aún estudiaba en la universidad. Desde el año de su publicación, 1988, hasta nuestros días se ha convertido en una obra ampliamente celebrada por su capacidad de registrar, con un discurso simple que puede rayar en lo sentimental, las difíciles verdades que circundan al amor y a la muerte. En Kitchen y Moonlight Shadow (novela corta que suele acompañar al libro) el eje de la narración gira en torno del duelo y las vicisitudes que se desprenden de la necesidad de seguir viviendo cuando el otro amado nos ha dejado.
            La lectura de Yoshimoto resulta en un ejercicio ameno, donde la historia transcurre sin percibir el paso de las hojas que se agotan. Su prosa posee una sensibilidad que le permite hablar de problemas complejos que circundan al individuo con naturalidad y sencillez. Si bien se ve afectada marcadamente por la cultura occidental, ello le permite apelar al problema que retrata de una manera universal. La crítica a menudo ha dicho de su estilo que está enfocado por criterios comerciales, que raya en la cursilería para suscitar mayor aceptación. No obstante, lo que podría malinterpretarse como una simplicidad intelectual queda desvirtuado con la capacidad de conmoverse que suscita su prosa, rebosante de belleza.
            Habría que volver los ojos sobre Yoshimoto, su ópera prima es una evidencia de una pluma virtuosa que, delimitando con pocas y acertadas palabras, le habla al género humano de sus dolores y lo exhorta a buscar la felicidad en cada instante, a no dejar que la amargura malogre sus días, a sonreír en compañía de las personas que nos quedan. En definitiva, Kitchen es la comprobación de que la vida a veces no es tan dura, a pesar del camino de lágrimas que se va dejando atrás, como si tratara de decirnos que los recuerdos son parte de lo que fuimos pero no una tara que nos inhibe a llegar a lo que podemos ser.

martes, 19 de febrero de 2013

Neuromancer


“The sky above the port was the color of television,
 tuned to a dead channel.”


Publicada en 1984, la ópera prima de William Gibson constituye por sí misma y por una serie de curiosidades suscitadas en rededor a su producción en una novela que inaugura muchos aspectos. En primera instancia, Neuromancer se convirtió tras su aparición en el más claro exponente de la literatura cyberpunk, esto es un subgénero que se deriva de la ciencia ficción. En ella Case, un vaquero informativo con un fuerte cuadro de toxicomanía, es contratado por un extraño cliente para que lleve a cabo la más complicada estafa informática que hasta entonces se ha visto. La novela fue la primera en ser galardonada con “la triple corona” de la ciencia ficción (los premios Nebula, Philip K. Dick y Hugo) y desde entonces ha sabido abrirse un lugar en la crítica contemporánea y en el corazón de sus lectores no académicos.
            Uno de los aspectos más inquietantes de la novela es la aparición del ciberespacio, término acuñado por primera vez por Gibson antes de la aparición del internet. Es a través de esta conexión que las limitaciones de los cuerpos se desdibuja, volviendo la consciencia sobre un gran recipiente informático donde ésta puede moverse con plena libertad, estar conectada con las miles de personas que componen la red y, a través de la consola, estar en todos los lugares sin estar en ninguno.
            La novela de Gibson es agradable de leer. Si bien a veces la trama es confusa por las acciones que se suceden con extrema rapidez y los términos solamente existentes en el universo del libro, Neuromancer resulta en una inquietante pieza de lectura. Gibson luego convertiría en la primera parte de una trilogía, no obstante la novela funciona por sí misma, aunque deja deseando debido a su interesante trama conocer más historias similares y acercarse al intrincado mundo de pixeles de Gibson.

lunes, 11 de febrero de 2013

Ubik


“They call me Ubik, but Ubik is not my name.
I am. I’ll always be.”
Ubik

Philip K. Dick (1928-1982) es quizás el escritor favorito de ciencia ficción para aquellos a los que no les gusta el género. Su novela Ubik, de 1969, se ha convertido en un referente necesario tanto para los amantes de la especulación científico-técnica como para aquellos enteramente desligados de las reflexiones que constituyen las páginas de este extenso género. Situada en 1992, la novela presenta interesantes especulaciones sobre lo que podría ser el futuro a los ojos de un escritor de finales de los sesenta. En ella se plantean reflexiones en torno a la existencia humana, especulaciones sobre lo que sucede tras la muerte y amplias discusiones de orden psicoanálitico. Todo esto en sintonía con la aparición de un extraño producto llamado “Ubik” que posee la misteriosa facultad de salvar a sus protagonistas.
            Quizás lo más interesante de esta novela radique en la ambigüedad en la que mantiene inmersos a sus personajes. En efecto, es difícil dilucidar si los personajes están vivos o no pues ellos mismos ni siquiera lo saben. Dick se encarga de mantener el misterio punto tras punto, línea tras línea, de forma tal que para el lector es imposible saber si el equipo anti psíquico de la Compañía Runcitier ha sobrevivido a los siniestros que se han desatado en su contra.
            Ubik es una de las obras estelares del autor de Do Androids Dream of Electric Sheep?, otro clásico de la ciencia ficción inmortalizado gracias a la adaptación que Ridley Scott hiciera de la novela en 1982. Como primera aproximación al género bien podría resultar complicado tomar a Ubik como primer escalón, pero la pericia de su narración, las complicadas reflexiones que nos presenta, resultan en una deliciosa lectura, en un acelerado viaje a través del tiempo, el espacio y la naturaleza de la vida misma.